Cuando te preguntas por el precio de un cargador de coche eléctrico para tu negocio, la respuesta nunca es un número fijo. Todo depende de la potencia, el número de equipos y la complejidad de la instalación. Por ejemplo, un cargador semirrápido para el parking de un hotel puede moverse en una horquilla de 2.500 € a 6.000 € con una instalación sencilla, pero un cargador rápido para una flota logística puede dispararse por encima de los 30.000 € solo en equipo. La clave está en entender que no compras un producto, sino un proyecto completo de instalación de puntos de recarga.
Entendiendo el precio real de un cargador para coche eléctrico

Calcular el coste real de una infraestructura de recarga va mucho más allá del precio del cargador en sí. Si gestionas un hotel, un parking o una flota de vehículos eléctricos, saber qué hay detrás de esa cifra es fundamental para hacer una inversión inteligente y evitar sorpresas desagradables por el camino.
Imagina al director de un hotel que, tentado por una oferta online, compra dos cargadores a un precio muy bajo. La sorpresa llega cuando el instalador le informa de que su cuadro eléctrico no tiene potencia suficiente, que necesita una obra para llevar el cableado al parking y que los cargadores no se pueden conectar a ninguna app para cobrar a los clientes. El "ahorro" inicial se convierte en un sobrecoste y un dolor de cabeza.
Los componentes clave del coste
Para que tu presupuesto sea realista, tienes que tener en cuenta todos estos elementos que suman en la inversión total:
- El equipo (el propio cargador): Su precio varía según la potencia (lenta, semirrápida o rápida), la marca y las funcionalidades extra que incluya, como conectividad o medidores de energía.
- La instalación eléctrica profesional: Esto cubre el cableado desde tu cuadro eléctrico, todas las protecciones que exige la normativa y, por supuesto, la emisión del boletín oficial que legaliza la instalación.
- La obra civil necesaria: A veces es tan simple como pasar un cable por una canaleta, pero otras puede implicar abrir una zanja en el exterior, hormigonar una base para un pedestal o adaptar el terreno.
- El software de gestión (CPMS): Si quieres cobrar por el servicio, gestionar quién puede cargar y cuándo, o simplemente ver el estado de tus cargadores desde el móvil, necesitas un sistema de gestión.
Cada proyecto es un mundo. Un pequeño hotel que instala dos cargadores de pared tiene unas necesidades muy distintas a las de un centro logístico que monta diez puntos de recarga para su flota, donde la obra civil y la gestión de la potencia disponible son críticas.
La clave no está en encontrar el cargador más barato, sino en diseñar una solución completa que sea fiable, escalable y, sobre todo, rentable para tu modelo de negocio a largo plazo.
Comparativa de costes por tipo de cargador
Para poner un poco de orden en todo esto, hemos creado una tabla que te dará una idea clara de los rangos de precio y el uso ideal para cada tipo de cargador. Es una guía para que puedas empezar a identificar qué tecnología encaja mejor con lo que necesitas, ya sea para dar servicio a tus clientes, gestionar tu flota o equipar tu empresa.
Estimación de costes por tipo de cargador eléctrico para negocios
| Tipo de Cargador | Potencia de Carga | Rango de Precio Estimado (Equipo + Instalación básica) | Caso de Uso Ideal para tu Negocio |
|---|---|---|---|
| Carga Lenta (Vinculada) | 3.7 kW – 7.4 kW | 1.200 € – 2.500 € | Carga nocturna para flotas en base o empleados con estancias largas en oficinas y empresas. |
| Carga Semirrápida (AC) | 11 kW – 22 kW | 2.500 € – 6.000 € | Hoteles, parkings públicos, centros comerciales y oficinas. Ideal para estancias de 1 a 4 horas. |
| Carga Rápida (DC) | 50 kW – 150 kW | 25.000 € – 60.000 € | Estaciones de servicio, parkings de alta rotación y flotas que necesitan recargas operativas durante el día. |
| Carga Ultrarrápida (DC) | > 150 kW | Desde 60.000 € | Electrolineras en autovías y centros logísticos con necesidades de carga en minutos, no en horas. |
Recuerda que esta tabla es un punto de partida. La única forma de tener un presupuesto exacto es con un análisis detallado de tu instalación actual. Un especialista puede evaluar tus necesidades y ofrecerte una solución que realmente se ajuste a tus objetivos.
El desglose completo: qué hay detrás del precio de un punto de recarga
Pensar en el precio de un cargador de coche eléctrico fijándose solo en el equipo es como organizar un viaje mirando únicamente el billete de avión. Es un buen punto de partida, pero te estás dejando fuera un montón de costes clave que decidirán si tu proyecto —ya sea para un hotel, un parking público o una flota de empresa— llega a buen puerto.
La inversión real es más un ecosistema de costes que una simple compra. Si pasas por alto partidas como la obra civil o el software de gestión, te expones a sobrecostes, retrasos y, lo peor de todo, a una infraestructura de recarga poco fiable que acabe dando más problemas que alegrías.
Vamos a desglosar cada pieza del puzle para que tengas una visión 360 grados de lo que implica.
1. El equipo o hardware del cargador
Esta es, sin duda, la parte más visible del presupuesto. El precio del propio cargador va a depender directamente de su potencia, la marca que elijas y las funcionalidades que incluya. Para un uso particular, un equipo básico puede ser más que suficiente, pero si tu objetivo es ofrecer un servicio abierto al público, vas a necesitar cargadores más avanzados: con conectividad, medidores de energía integrados (lo que se conoce como metering, que sirve para saber exactamente cuánta energía consume cada coche) y, fundamental, que puedan comunicarse con una plataforma de gestión.
2. La instalación eléctrica profesional
Aquí no hay atajos que valgan. Una instalación segura y que cumpla la normativa al dedillo es innegociable. Esta partida del presupuesto cubre aspectos críticos:
- Cableado y protecciones: Se trata de llevar el cable desde el cuadro eléctrico principal hasta donde irá el cargador, instalando por el camino todas las protecciones obligatorias (diferenciales, magnetotérmicos, etc.) para que todo sea seguro.
- Boletín Eléctrico (CIE): Es el documento oficial que firma un instalador autorizado. Básicamente, es el certificado que garantiza que tu instalación cumple con el Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión (REBT), y en concreto, con la instrucción ITC-BT-52 para puntos de recarga.
Una instalación mal hecha no solo es un peligro, sino que puede acabar estropeando los coches y los propios cargadores. Al final, el coste de reparar el estropicio será mucho mayor que lo que te pudiste ahorrar al principio. Si quieres profundizar en este tema, tenemos un análisis detallado sobre el precio de la instalación de un cargador de coche eléctrico.
3. La obra civil asociada
Este es uno de los costes "ocultos" más frecuentes y que más puede variar de un proyecto a otro. Dependiendo de dónde vayas a colocar los cargadores, puede que necesites hacer más obra de la que pensabas.
Ponte en la situación de un hotel que quiere instalar cargadores en su aparcamiento exterior. La obra civil podría implicar abrir zanjas para pasar los cables bajo tierra, construir pequeñas bases de hormigón para sujetar los cargadores y luego volver a asfaltar o pavimentar. En cambio, en un garaje subterráneo, el trabajo podría ser tan simple como instalar unas canaletas por el techo o las paredes.
4. Conexión a la red y aumento de potencia
Si tu idea es instalar varios cargadores, sobre todo si son semirrápidos o rápidos, es muy probable que la potencia que tienes contratada se quede corta. Esto te obligará a pedir un aumento de potencia a la compañía eléctrica, lo que conlleva dos costes: uno inicial por los derechos de acceso y extensión, y otro recurrente, ya que tu factura mensual subirá.
Un error muy común es subestimar el impacto en la potencia contratada. La clave para evitarlo es un sistema de balanceo de carga dinámico. Esta tecnología reparte la energía disponible de forma inteligente entre todos los coches que estén cargando a la vez, evitando así sobrecargas y, sobre todo, la necesidad de contratar más potencia de la estrictamente necesaria.
5. Comunicaciones y software de gestión (CPMS)
Si quieres cobrar por las recargas, controlar quién usa los cargadores o, simplemente, saber si están funcionando correctamente, necesitas que estén conectados a internet. Esto se traduce en:
- Conectividad: Normalmente, una tarjeta SIM para cada cargador o una conexión a la red WiFi o por cable (Ethernet) del edificio.
- Software de Gestión (CPMS): Piensa en ello como el "cerebro" de tu red de recarga. Desde esta plataforma puedes gestionar usuarios, fijar tarifas, ver el consumo en tiempo real y solucionar muchas incidencias a distancia. La gran mayoría de cargadores profesionales usan un protocolo universal llamado OCPP. Esto es como el "idioma" que usan los cargadores para hablar con cualquier plataforma de gestión, dándote total libertad para elegir el software que más te convenga sin atarte a un único proveedor.
El auge de la red pública en España deja clara la importancia de una gestión profesional. Solo en el primer trimestre de 2025 se instalaron 7.633 nuevos puntos, un 20% más, alcanzando un total de 46.358. El problema es que más de 13.000 de esos puntos no funcionan, muchas veces por una mala gestión o falta de mantenimiento de puntos de recarga.
6. Licencias, permisos y mantenimiento
Por último, no te olvides de la burocracia. Dependiendo de la instalación, tu ayuntamiento puede exigirte licencias de obra o de actividad. Y, una vez en marcha, un plan de mantenimiento preventivo y correctivo es fundamental. Es la única forma de asegurar que tus cargadores estén siempre disponibles, protegiendo tu inversión y la confianza de tus clientes. Al fin y al cabo, un cargador fuera de servicio es dinero que dejas de ganar y una mala imagen para tu negocio.
Presupuestos reales para diferentes tipos de negocios
Para entender de verdad lo que implica la instalación de un punto de recarga para coche eléctrico y su precio, no hay nada como bajar al terreno y ver casos prácticos. La teoría sobre los costes está muy bien, pero lo que realmente te interesa es saber cómo se aplica a un negocio como el tuyo, para poder planificar con cabeza y anticiparte a los imprevistos.
Y es que no tiene nada que ver instalar un par de cargadores para los huéspedes de un hotel o resort con encanto, que desplegar toda una infraestructura para una flota de reparto. Cada proyecto es un mundo, con sus propias limitaciones de potencia, requisitos de software y particularidades del día a día.
Para que te hagas una idea más clara, vamos a desgranar cuatro ejemplos reales que nos encontramos a menudo.
Este diagrama te da una visión general de cómo se reparte el pastel de la inversión en un proyecto de recarga, separando los grandes bloques: el equipo, la instalación y el software.

Como puedes ver, el hardware es solo una pieza del puzle. La instalación y el software de gestión son igual de importantes para que la operativa sea un éxito y los números cuadren.
Ejemplo 1: Hotel boutique con encanto
Imagina un pequeño hotel de 20 habitaciones en una zona turística. Para mejorar la experiencia de sus clientes, deciden instalar dos cargadores semirrápidos de 7,4 kW. Su idea es ofrecer la carga como un detalle de bienvenida, un servicio de valor añadido, aunque quieren dejar la puerta abierta a cobrar por ello más adelante.
- Hardware: Dos cargadores de pared con conexión a internet. Unos 2.500 €.
- Instalación: El cuadro eléctrico está a unos 25 metros del garaje, así que la instalación es bastante directa. Se tira el cable por canaleta en superficie, se instalan las protecciones necesarias y se emite el boletín. Todo por unos 2.000 €.
- Software (CPMS): Eligen un plan básico que les permite monitorizar el uso y, si en el futuro lo necesitan, activar el cobro a los clientes. Esto supone unos 300 €/año.
- El Reto y la Solución: La potencia que tenían contratada era un poco justa. La solución fue instalar un sistema de balanceo de carga dinámico. Este sistema es inteligente y ajusta la energía que va a los coches en tiempo real para no pasarse del límite contratado, evitando así un aumento de potencia que les habría salido caro.
Inversión total estimada: Unos 4.800 €. Con esto, el hotel ya puede atraer a un tipo de cliente cada vez más común, diferenciarse de la competencia local y, a la larga, amortizar la inversión gracias al aumento de reservas.
Ejemplo 2: Parking público en el centro
Ahora pensemos en un parking subterráneo en plena ciudad que quiere abrir una nueva línea de negocio. El objetivo es claro: montar una pequeña estación de recarga para captar tanto a los clientes que aparcan por horas como a los que tienen abono mensual.
- Hardware: La apuesta es mixta. Un cargador rápido de corriente continua (DC) de 50 kW para los que tienen prisa, y cuatro cargadores semirrápidos de corriente alterna (AC) de 22 kW para los abonados. La inversión en equipos sube a 35.000 €.
- Instalación: Aquí la cosa se complica. Se necesita una nueva acometida eléctrica y un cuadro secundario. Hay que tirar 50 metros de cableado a través de varias plantas. La instalación se va a 12.000 €.
- Obra civil: Los cargadores van en pedestales, así que hay que preparar unas pequeñas bases de hormigón. Suma otros 3.000 €.
- Software (CPMS): Necesitan un plan avanzado que permita gestionar tarifas dinámicas, integrarse con apps de movilidad y que incluya un sistema de pago con tarjeta. Coste anual: 1.200 €.
Inversión total estimada: Ronda los 51.200 €. La inversión inicial es fuerte, sí, pero el modelo de negocio se basa en la monetización directa. El parking puede fijar tarifas competitivas para atraer conductores y empezar a generar ingresos desde el primer día. En proyectos de este calibre, es crucial contar con un servicio profesional que garantice que los equipos estén siempre operativos.
Ejemplo 3: Flota de reparto de última milla
Una empresa de logística con 15 furgonetas eléctricas necesita una solución de carga nocturna en su nave industrial. El objetivo es uno y muy claro: que cada mañana, todos los vehículos salgan a la calle con la batería al 100%, optimizando al máximo el coste de la electricidad.
- Hardware: Instalan ocho cargadores inteligentes de 7,4 kW (no hace falta que carguen todos a la vez). El coste de los equipos es de 9.000 €.
- Instalación: Los cargadores se montan en la pared, pero el cuadro principal está a 70 metros. Esto obliga a reforzar la línea y montar un subcuadro solo para la zona de carga. La instalación asciende a 8.000 €.
- Software (CPMS): Eligen un sistema pensado para la gestión de flotas. Les permite programar las cargas para que se realicen en las horas valle (cuando la luz es más barata) y llevar un control del consumo de cada furgoneta. Unos 800 €/año.
Inversión total estimada: Cerca de 17.800 €. En este caso, el retorno de la inversión no viene por cobrar a otros, sino por el ahorro directo en combustible y el control de los costes operativos. Optimizar la carga nocturna se traduce en una rebaja muy importante en la factura de la luz.
Ejemplo 4: Edificio de oficinas moderno
Una empresa tecnológica quiere ofrecer la recarga como un beneficio para sus empleados y un servicio útil para las visitas. La idea es instalar los cargadores en su propio parking corporativo.
- Hardware: Se deciden por seis cargadores de pared de 7,4 kW con control de acceso por tarjeta RFID, para saber quién carga y cuándo. La inversión en hardware es de 7.000 €.
- Instalación: Los puntos se distribuyen por varias plazas, a una distancia media de 40 metros del cuadro. El cableado se instala de forma ordenada por bandejas de rejilla en el techo del garaje. Unos 6.500 €.
- Software (CPMS): Contratan un plan específico que les permite asignar cargadores a ciertos empleados, gestionar listas de espera si hay mucha demanda y definir políticas de uso (por ejemplo, las primeras 4 horas de carga gratis). El coste es de 600 €/año.
Inversión total estimada: Unos 14.100 €. Aquí el beneficio no es económico directo, sino que se mide en atracción y retención de talento. En un sector tan competitivo, ofrecer este tipo de ventajas es un plus que marca la diferencia y refuerza la imagen de la empresa como un lugar de trabajo moderno y comprometido con la sostenibilidad.
Como ves, el precio de un cargador de coche eléctrico es solo el punto de partida. Para saber cuánto costará tu proyecto, es fundamental hacer un análisis a medida.
Planificando los costes de operación y mantenimiento
El precio de un cargador de coche eléctrico no es solo lo que pagas el primer día. Una vez que tienes los equipos instalados y funcionando, empieza el verdadero partido: los costes recurrentes. Es fundamental tenerlos en el radar desde el principio, porque son la clave para que tu inversión sea rentable de verdad.
Piénsalo como si fuera cualquier otro activo de tu negocio. No basta con comprarlo; hay que mantenerlo, gestionarlo y asegurarse de que rinde al máximo. Quienes planifican bien estos gastos son los que consiguen un servicio de recarga que funciona como un reloj y genera beneficios. Los que no, acaban con un problema entre manos.
El coste de la energía: cómo mantenerlo a raya
El gasto más obvio, y el que más se mueve, es el consumo de electricidad. Cada kWh que sale de tus cargadores tiene un precio, y tu trabajo es que sea el más bajo posible. La buena noticia es que aquí tienes bastante margen de maniobra.
La estrategia más inteligente es jugar con las tarifas eléctricas que tienen discriminación horaria. Si programas las recargas para que se hagan en los tramos "valle", cuando la energía es más barata (casi siempre de noche), el ahorro es brutal. Esto es un filón para flotas que cargan en su base o para empleados que enchufan el coche al llegar a la oficina por la mañana. Si te interesa profundizar, échale un vistazo a nuestra guía para elegir la mejor tarifa de luz para tu coche eléctrico.
Las cuotas del software de gestión (CPMS)
El software de gestión es el cerebro que controla toda tu red de cargadores, y como es lógico, tiene un coste. Lo habitual es que funcione con una suscripción, pagando una cuota mensual o anual por cada punto de recarga que tengas conectado.
¿Qué consigues a cambio de esa cuota? Pues ni más ni menos que el control total:
- Gestión a distancia: Ves en tiempo real qué pasa en cada cargador, inicias o paras recargas y solucionas problemas sin tener que ir físicamente.
- Control de quién carga y a qué precio: Tú decides quién tiene acceso, cuánto le cobras por la recarga y cómo te paga.
- Informes y datos clave: Tienes toda la información sobre el uso de tus puntos, algo vital para facturar correctamente y analizar si el negocio va bien.
Sí, es un coste fijo, pero el poder que te da para gestionar y optimizar tu servicio hace que la inversión merezca la pena con creces.
Mantenimiento: la clave para que tus cargadores no fallen
Un cargador que no funciona es un doble problema: no genera ni un céntimo y, encima, proyecta una imagen nefasta de tu negocio. Por eso, el mantenimiento no es un gasto, es una inversión en fiabilidad.
Hablamos de dos tipos de mantenimiento:
- Preventivo: Son las revisiones de toda la vida. Se revisa periódicamente cada equipo para asegurarse de que todo está en orden y pillar los problemas antes de que aparezcan.
- Correctivo: Cuando un cargador se estropea, hay que actuar rápido. Este mantenimiento se encarga de que vuelva a estar operativo en el menor tiempo posible.
La situación en España en 2025 deja clara la importancia de esto. Aunque ya hemos superado los 52.000 puntos públicos, un alarmante 22% de ellos está fuera de servicio. ¡Casi 15.000 cargadores que no funcionan! Esto es un auténtico lastre para la infraestructura y una fuente de frustración constante para los conductores. Como reflejan las últimas cifras publicadas, garantizar que los cargadores funcionen es el gran reto del sector.
Un buen plan de mantenimiento, con un acuerdo de nivel de servicio (SLA) que deje las cosas claras, es tu mejor seguro para proteger tus ingresos y la confianza de tus clientes.
Conectividad, la pieza final del puzle
Para que el software de gestión pueda hablar con los cargadores, necesitan internet. La solución más común es ponerle a cada equipo una tarjeta SIM de datos. Esto supone un pequeño coste recurrente que hay que sumar al presupuesto.
Puede parecer un detalle menor, pero es absolutamente imprescindible para que puedas gestionar tu red de forma inteligente y a distancia.
Cómo reducir el coste con las ayudas del Plan MOVES

El precio de un cargador de coche eléctrico puede ser mucho más asequible si sabes cómo jugar bien tus cartas con las ayudas públicas. El Plan MOVES III (y las versiones que vengan en 2025 y 2026) es el programa estrella del Gobierno para animar a empresas y autónomos a pasarse a la movilidad eléctrica, haciendo que la inversión inicial duela mucho menos.
La clave está en entender qué es exactamente: no es un simple descuento, sino una subvención directa que puede cubrir una parte muy importante de tu proyecto. Para un hotel, un gestor de flotas o un parking público, esto puede marcar la diferencia entre ver la instalación como un gasto inasumible o como una oportunidad de negocio con un retorno mucho más rápido.
¿Qué cubre exactamente el Plan MOVES para empresas?
La buena noticia es que el plan va más allá de subvencionar solo el aparato. Entiende que una instalación profesional es un puzzle con muchas piezas, por lo que los gastos que se pueden incluir cubren las partidas más críticas de cualquier presupuesto.
- El equipo de recarga (Hardware): Cubre el coste del propio cargador, lógicamente.
- La instalación y obra civil: Desde la preinstalación eléctrica y el cableado hasta los trabajos de albañilería, como abrir zanjas o preparar la base para los postes.
- Software y comunicaciones: La plataforma de gestión (CPMS) y toda la tecnología necesaria para que tus cargadores funcionen de forma inteligente también entran.
- Boletín Eléctrico (CIE): El coste de legalizar la instalación a través de un instalador autorizado, un paso imprescindible.
El objetivo es simple y directo: eliminar las barreras económicas para que la red de carga crezca lo más rápido posible. Esto transforma un desembolso inicial que puede asustar en una inversión mucho más atractiva y manejable.
Porcentajes de ayuda y requisitos clave en 2025
Los porcentajes de la subvención dependen del tamaño de tu empresa y, a veces, de la potencia de los cargadores que instales. Aunque los detalles finos pueden cambiar con cada convocatoria, la idea general suele ser la misma.
Una gran empresa puede recibir una ayuda de hasta el 30% del coste subvencionable. La cosa se pone mejor para una mediana empresa, que puede llegar al 40%, y es todavía más interesante para las pequeñas empresas, que pueden alcanzar hasta un 50% de subvención.
Un detalle crucial: estas ayudas se gestionan a través de las comunidades autónomas y se conceden por orden de llegada hasta que se acaban los fondos. Por eso, ir de la mano de un socio que te prepare toda la documentación y la presente en tiempo y forma es vital para no quedarte fuera. Si quieres estar al día de las últimas novedades, puedes consultar la información actualizada sobre las ayudas del Plan MOVES.
Más allá de MOVES: la deducción en el Impuesto de Sociedades
Pero la cosa no acaba con la subvención directa. Hay otro incentivo fiscal muy potente que muchas empresas pasan por alto: la inversión en puntos de recarga te puede dar derecho a una deducción en la cuota del Impuesto de Sociedades.
Esto significa que, además del dinero que recibes de la ayuda, puedes reducir los impuestos que tu empresa paga a final de año. La combinación de ambos beneficios le da un vuelco total al análisis financiero del proyecto, haciéndolo viable para muchos negocios que, de otra forma, no se lo plantearían.
Calculando el retorno de tu inversión en recarga eléctrica
Ahora que ya tienes una idea clara de todos los costes que implica el precio de tu cargador de coche eléctrico, es hora de unir las piezas para ver cuándo y cómo recuperarás esa inversión. Instalar puntos de recarga no es simplemente un gasto, es una decisión de negocio con un potencial enorme para generar beneficios, tanto directos como indirectos. La clave del éxito está en dar con el modelo que mejor encaje con tus objetivos.
Para conseguirlo, hay tres caminos principales que puedes tomar. Cada uno tiene un impacto diferente a la hora de calcular el retorno de la inversión (ROI), así que elegir el adecuado desde el principio es fundamental para justificar el desembolso y asegurar que el proyecto sea rentable a largo plazo.
Modelos de negocio para tu infraestructura de recarga
Según la naturaleza de tu negocio, puedes plantear la recarga de formas muy distintas. Cada enfoque tiene sus propias ventajas y condiciona la manera en que recuperarás lo invertido.
- Carga como servicio de valor añadido: Este modelo es ideal para hoteles, centros comerciales o edificios de oficinas. Aquí no se busca un beneficio directo por la recarga. En su lugar, se ofrece como un servicio gratuito o a un coste muy bajo para atraer y fidelizar a clientes o empleados. El ROI no se mide en euros por kWh, sino en el aumento de la satisfacción del cliente, la ventaja competitiva que ganas y la imagen de marca moderna y sostenible que proyectas.
- Monetización directa: Este es el camino que siguen los parkings públicos o las electrolineras. El objetivo es muy claro: abrir una nueva línea de ingresos cobrando por cada kWh que consume el usuario o por el tiempo que pasa conectado. El cálculo del ROI es sencillo y directo: se comparan los ingresos que genera el servicio con los costes de inversión y operativos.
- Modelo mixto: Una solución que combina lo mejor de los dos mundos. Un hotel, por ejemplo, puede ofrecer tarifas muy ventajosas a sus huéspedes mientras cobra una tarifa estándar al público general. Así, consigues fidelizar a tu clientela principal y, al mismo tiempo, generar ingresos extra con usuarios externos.
Un cálculo de ROI simplificado
Para que te hagas una idea de cómo funciona, imaginemos un parking público que decide instalar un cargador rápido. Supongamos que la inversión inicial (equipo, obra civil, software, etc.) asciende a 40.000 €. Si se fija una tarifa de 0,50 €/kWh y se consigue una media de 10 recargas diarias de 30 kWh cada una, los ingresos brutos cada día serían de 150 €.
Esto se traduce en unos ingresos mensuales de 4.500 €. Si a esta cifra le restamos los costes operativos (energía, software, mantenimiento), que podrían rondar los 2.000 €, nos queda un beneficio neto mensual de 2.500 €. En este escenario simplificado, el parking recuperaría su inversión en tan solo 16 meses.
Pero más allá de los números, no hay que olvidar los beneficios intangibles. Atraer a la creciente comunidad de conductores de vehículos eléctricos y posicionar tu marca como sostenible son ventajas que, aunque no se miden fácilmente en un Excel, tienen un impacto directo y muy positivo en el valor de tu negocio.
El despliegue de la infraestructura en España no hace más que confirmar que esta es una apuesta segura. A fecha de 2025, la red ya supera los 15.000 puntos públicos, de los cuales entre 4.500 y 5.000 son de carga rápida. Este crecimiento, impulsado por planes como el PNIEC, demuestra que la demanda no solo existe, sino que está en plena expansión. Puedes aprender más sobre la evolución de la carga rápida en España y lo que implica para los operadores.
Algunas dudas habituales sobre el precio de instalar cargadores eléctricos
Cuando te planteas invertir en puntos de recarga, es normal que te asalten un montón de preguntas. Aquí hemos recopilado las más frecuentes que nos llegan desde hoteles, aparcamientos y empresas con flotas, con respuestas claras y directas para que tomes la mejor decisión.
¿Cuánto se tarda realmente en tener un cargador funcionando?
Esta es la pregunta del millón, y la respuesta es… depende. No es lo mismo un caso que otro. Por ejemplo, un cargador de pared en un garaje que ya tiene la preinstalación hecha puede estar listo en apenas un día.
Ahora, si hablamos de proyectos más serios, como instalar varios puntos que requieran abrir zanjas, pedir más potencia a la compañía eléctrica o configurar un sistema de balanceo de carga, la cosa cambia. En estos casos, el proceso completo, con permisos y obras, se puede ir fácilmente a las dos o cuatro semanas.
¿Voy a tener que contratar más potencia sí o sí?
No necesariamente, aunque es algo que hay que tener muy en cuenta, sobre todo si tu idea es instalar varios cargadores semirrápidos o uno de carga rápida. Un fallo muy común es pensar que hay que subir la potencia a lo loco, y eso dispara los costes fijos de la factura de la luz.
La clave para no gastar de más está en el balanceo de carga dinámico. Piénsalo como un gestor inteligente que reparte la energía disponible entre todos los coches que estén cargando, pero sin pasarse nunca del límite que tienes contratado. Es la forma más eficiente de optimizar tu instalación y evitar sustos en la factura.
¿Sirven estos cargadores para cualquier coche eléctrico?
Sí, sin duda. Afortunadamente, en Europa nos hemos puesto de acuerdo. Para la carga normal en corriente alterna (AC), que es la que tendrás en tu hotel, oficina o parking, todos los coches usan el conector Tipo 2, también conocido como Mennekes. Para la carga superrápida en corriente continua (DC), el estándar es el conector CCS Combo 2.
Esto significa que cualquier cargador profesional que instales será compatible con prácticamente todos los vehículos eléctricos que circulan por la carretera. Ofrecerás un servicio universal sin complicaciones.
¿De verdad necesito un software de gestión desde el primer día?
A ver, obligatorio por ley no es si el uso va a ser puramente privado. Pero si tu plan es dar servicio a clientes, empleados o al público, te diría que es prácticamente imprescindible. Un buen sistema de gestión (CPMS) te da el control total: decides quién carga y cómo, ves los consumos en tiempo real, fijas precios si quieres cobrar por el servicio y hasta puedes solucionar problemas a distancia.
Puede que empezar sin él parezca un ahorro, pero a la larga es un quebradero de cabeza. Te complica la vida y te impide sacar rendimiento a tu inversión. Por eso, casi todos los proyectos profesionales lo incluyen de serie para asegurar que todo funcione como la seda.
En EVenergia entendemos que cada negocio es único. Por eso, diseñamos e implementamos soluciones de recarga "llave en mano", desde el análisis inicial hasta la operación y mantenimiento, para que tu inversión sea fiable, escalable y rentable.
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